viernes, 29 de febrero de 2008

Contra el Atlético, ganó la actitud

Una vez más apareció el Osasuna de los grandes momentos. Y además ante el Atlético de Madrid, cómo no. Algunos se reivindicaron delante de su antiguo entrenador, Javier Aguirre, otros se emplearon a fondo ante el empuje de la grada. Los que no entraban en estos supuestos, acabaron sucumbiendo al ambiente general y achucando a los contrarios.

La verdad es que la salida del equipo colchonero ayudó. Los dos centrales dejaron cantidad de espacios para que la velocidad de Kike Sola y Carlos Vela hiciera el resto. Perea, no se sabe quien dijo eso de que quien tuvo retuvo, no pudo en ningún momento con la carga de los rojillos.

No es normal que en cuatro minutos te hagan 3 llegadas y dos goles, con los centrales mirando. Pero eso es lo que fue el Atlético de Madrid. A lo único que se pudo enganchar fue a la genialidad de Diego Forlán, un auténtico crack, que en ocasiones es el único que sujeta a ese equipo.

Después del gol del Atlético, y al comenzar la segunda parte, algunos fantasmas empezaron a aparecer en las gradas del Reyno de Navarra. De todas formas, ahí fue donde las figuras del equipo madrileño se escondieron. Fue cuando nadie vio a Maxi o a Reyes, ni nadie entendió lo abultado de sus nóminas.

El tercer gol, que tenía que haber caído antes, fue el premio a uno de los mejores jugadores de este equipo, Héctor Font, un hombre siempre callado y trabajador, y que en todos los partidos da un resultado excepcional.

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